La industria chilena del salmón está sometida a diversas regulaciones. La principal es la Ley General de Pesca y Acuicultura (LGPA), que establece los marcos generales para la actividad. Pero, además, existen otras regulaciones, como el Decreto con Fuerza de Ley (DFL) 360, que regula las concesiones marítimas, y la Ley N° 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente (LBGMA), que es la que se encarga de las normas en el ámbito ambiental.
Dentro del amplio marco legal, existen también varios reglamentos y normas que involucran a la salmonicultura. Por ejemplo, está el Reglamento Ambiental para la Acuicultura (RAMA), que establece directrices ambientales específicas para el sector, además del Reglamento de Medidas de Protección, Control y Erradicación de Enfermedades de Alto Riesgo para las Especies Hidrobiológicas (RESA), que regula aspectos sanitarios de vital importancia.
Asimismo, las concesiones de acuicultura están sujetas al Reglamento de Concesiones de Acuicultura de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar).
Estas normativas son fiscalizadas por una serie de autoridades sectoriales, como la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), entre otros.
Fuente: SalmonChile