En 365 días pueden pasar muchas cosas, pero para el Club Innovación Acuícola este primer año de vida ha sido, por sobre todo, desafiante y sorpresivo. ¿Quién iba a imaginar, el pasado mes de julio de 2019, cuando doce empresas firmaron un compromiso de trabajo conjunto y colaborativo, que los primeros doce meses del gremio iban a ser tan intensos? Estallido social, llegada de nuevos socios, coronavirus, toque de queda, cuarentenas, teletrabajo y restricciones de desplazamiento, fueron eventos inesperados que obligaron a tomar medidas y adaptarse.
Los cambios no solo afectaron a las empresas fundadoras –SatelNet, Salmoclinic, ADL Diagnostic Chile, VESO Chile, Ersil, ORBE XXI, DVS Tecnologías, Bioled, Compite, Sitecna, ORZA y STIM–, sino que a la industria acuícola en general. “Con la situación del Covid-19 cualquier grupo pudo haber quedado absolutamente stand by y haber ingresado a un proceso de hibernación, mientras que nuestro grupo siguió trabajando”, señala el gerente general de ADL Diagnostic, Patricio Bustos.
La subdirectora de ORBE XXI Denise Reculé, en tanto, sostiene que “es un gran mérito que todas las empresas estemos empujando para que nuestro club siga creciendo. A pesar de que muchas de las empresas se topan en algunos productos o servicios, aquí ha primado la generosidad para poder reunirnos a pesar de que podríamos ser competencia. Y más aún, con esta pandemia tan estricta que nos ha marcado tanto, era probable que muchas empresas se retrajeran, pero ocurrió todo lo contrario, pues nos hemos apoyado mucho más”.
EL SECRETO
El Club Innovación Acuícola es una entidad sin fines de lucro, cuyo fin, como explican los mismos socios, es trabajar por un desarrollo sustentable y sostenible de la acuicultura, colocando en valor la innovación en las empresas. “Ingresamos al grupo porque creemos en la importancia y los grandes beneficios que se pueden lograr al innovar de forma colectiva. Creemos que no solo es beneficioso para nosotros como empresa, sino que supone también un motor de transformación y crecimiento para toda la industria acuícola en general. Muchos de los que iniciamos este club apostamos por un sueño y además estábamos convencidos de que unidos éramos más fuertes”, afirma el gerente general de ORZA, Luis Caro.
Para Karin Rautenberg, subdirectora de proyectos del club, “hoy más que nunca vemos que el trabajo colaborativo entre equipos interdisciplinarios y las alianzas entre empresas es el camino hacia la generación de prácticas y soluciones más sustentables. En la medida que aumente la cantidad de empresas y personas que participen en el club, se multiplicará su efecto, es decir, aumentaremos las perspectivas para ver distintas situaciones, facilitaremos las adquisiciones de conocimiento que necesitemos en común y compartiremos experiencias y buenas prácticas”.
Quienes conforman el Club Innovación Acuícola tienen muy claro que la colaboración y la diversidad de ideas juegan un papel fundamental a la hora de enfrentar los desafíos y generar soluciones innovadoras para la industria. “Si nosotros innovamos en lo que es nuestro – pontones, lanchas de alta velocidad y habitabilidad– y complementamos eso con alguien que innova, por ejemplo, en mantenimiento, cuidado del medio ambiente o en comunicaciones, podemos potenciar una casa flotante de forma más amistosa, más segura y más operativa. Y si a eso se le suma el conocimiento del que está innovando en fondeos, es muy positivo. Esa sinergia que se da en el club es muy virtuosa”, explica el presidente del gremio y gerente general de Sitecna, Eduardo Mas.
Ximena Navarro, gerente de I+D de Bioled, complementa que “en un mundo globalizado, como en el que vivimos hoy, necesitamos encontrar soluciones que sean capaces de adaptarse a las necesidades particulares de cada mercado, y es aquí donde la diversidad pasa a ser una ventaja que enriquece a la organización, ya que nos muestra distintos puntos de vista para una misma situación. Todo esto crea un ambiente particularmente propicio para la innovación”
La historia del Club Innovación Acuícola aún se está escribiendo y se está enriqueciendo con la llegada de nuevos socios. Y es que, en medio del estallido social que ralentizó muchas de las operaciones acuícolas, aparecieron más empresas interesadas en sumarse: PatagoniaRov, CageEye, GXConsultores e Innocon.
FUTURO
En el escenario actual, de aguas agitadas, se cree que es imperativo que estas empresas sigan trabajando unidas. Por ello, el club se ha tomado con calma este primer año y sigue trabajando para enfrentar los desafíos que vendrán más adelante.
“Adaptarse oportunamente a estos tiempos de cambio y desarrollar soluciones a las nuevas necesidades es posible a través de la innovación. Las soluciones a los grandes cambios se generan de manera colaborativa. Y este es el afán de Club Innovación Acuícola; poner a disposición de la industria una plataforma de fortalecimiento de capacidades junto con una red de colaboración nacional e internacional que potencie la innovación al servicio de una industria acuícola cada vez más sustentable”, dice Karin Rautenberg
Expandir los horizontes es una meta indiscutible. Como explica Denise Reculé, “sería bueno irradiar este club a otras zonas de Chile, como la región de Coquimbo, donde hay otro tipo de cultivos, y acercarnos a países limítrofes con interés en la acuicultura, como Perú, Ecuador y otros. Con la trayectoria que tenemos en Chile con los mejillones y la salmonicultura, podríamos expandirnos incluso mucho más. Ganas tenemos; ahora falta que las condiciones se den”.
A pesar de que en el corto plazo aún se ven nubarrones y un poco de viento, en general, los socios confían en un futuro promisorio. “Creo aún más que el futuro del club viene robustecido. Se va a fortalecer luego de haber sobrevivido una etapa tan compleja como esta. Esta etapa de la vida nos exige pensar las cosas desde otra perspectiva, un viraje y un cambio de paradigma que lo optimiza y lo potencia y se aprendió a aprender”, cierra Patricio Bustos
Fuente: Columna AQUA. https://www.aqua.cl/wp-content/uploads/2020/09/AQUA_N%C2%BA239-2.pdf